Quintana en La Laguna.

El pintor y su estela en el arte barroco canario

Noviembre 2025

Exposición temporal que conmemora el 300 aniversario del fallecimiento en La Laguna de Cristóbal Hernández de Quintana, máximo representante de la pintura barroca en Canarias. Proyecto transversal dentro del programa #Quintana2025, impulsado por la Concejalía de Patrimonio Cultural del Ayuntamiento de San Cristóbal de La Laguna, la Dirección Insular de Patrimonio Histórico del Cabildo de Tenerife y la Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias.

Ampliar detalles de la exposición

Comisariada por Carlos Rodríguez Morales.

Obras expuestas: 27 pinturas, una escultura y un documento (un inventario manuscrito de bienes de su hijo Francisco, 1767).

Obras prestadas por la Diócesis de San Cristóbal de La Laguna (Catedral, parroquias de la Nuestra Señora de la Concepción y Santo Domingo de La Laguna, Santa Ana de Garachico, Nuestra Señora del Carmen de La Orotava y Monasterio de Santa Catalina de Siena de La Laguna), por el Cabildo de Tenerife y por diversos propietarios de colecciones privadas de la isla.

¿Quién fue Cristóbal Hernández de Quintana?

Cristóbal Hernández de Quintana (La Orotava, 1651-San Cristóbal de La Laguna, 1725 fue un pintor que dejó una honda huella en el arte barroco isleño. Su primera estancia documentada en esta ciudad se remonta a comienzos de la década de los ochenta del siglo XVII, a su regreso de Gran Canaria.

Aunque no nació aquí en cierto modo se puede estudiar también como un pintor de La Laguna, la población en la que se estableció durante las últimas década de su vida, en la que se conservan más obras suyas, donde desarrolló algunos de sus proyectos más relevantes y desde donde siguió atendiendo encargos para otras localidades y otras islas, pues su fama no se limitó a Tenerife.

Sus preferencias

Hombre particularmente devoto, su corpus documentado, firmado o atribuido, que supera el centenar de pinturas, es prácticamente todo de signo religioso. La religiosidad imperante en los siglos del Barroco justifica el extraordinario peso que esta temática tiene en su pintura.

Las preferencias devocionales de su tiempo, la infancia de Jesús –particularmente las representaciones de la Virgen con el Niño y escenas situadas en el pesebre de Belén– tienen notable presencia en su pintura.

Las estampas como modelos

La interpretación y la copia –parcial o íntegra– de fuentes impresas fue una práctica común entre los pintores. En el catálogo de Quintana se han ido detectando poco apoco ejemplos de este procedimiento, que dejaba espacio a la creatividad y a las aportaciones personales. Las composiciones debidas a pintores, sobre todo flamencos e italianos, llevadas a la estampa se difundieron de forma extraordinaria en Europa y América y llegaron también a Canarias. Estos grabados, muchos de ellos editados en imprentas de Amberes, fueron los preferidos y explican la repetición de modelos en lugares distantes a lo largo del tiempo.

Sus discípulos y seguidores

El arte de Quintana se prolonga en numerosas obras, en lasque se advierten insistentes referencias a sus modelos. Sus seguidores, de calidad desigual y algunos todavía anónimos, han sido calificados como quintanescos.

Quintana copia a Quintana

Varias obras de Cristóbal Hernández de Quintana demuestran que repitió en lo sustancial algunas de sus composiciones. Aquí mostramos el San Pío V orando por la victoria cristiana en la batalla de Lepanto–que firmó al final de su vida y que conservó en su casa junto a otro procedente de una colección privada, ahora en el Palacio Episcopal de La Laguna.

Policromador de retablos y artesonados

Además de pintor de caballete y de obras de gran tamaño, este pintor fue policromador de retablos y de artesonados, para lo que contaría con colaboradores.

En este campo pueden mencionarse el desaparecido retablo de la iglesia conventual de Candelaria y, en La Laguna, el conjunto que separa los coros alto y bajo de la nave del templo del Monasterio de Santa Catalina, el retablo mayor y el de San Juan de Dios de la Iglesia del Hospital de Nuestra Señora de los Dolores, del que se supone que proceden los dos fragmentos con un formato similar que se exponen aquí. Consta que fue también policromador de algunas esculturas en la ciudad.

Los verdaderos retratos y las devociones locales

En las islas destacan por su volumen y difusión los de la Virgen de Candelaria. Quintana pudo estudiarla de cerca cuando trabajó en la policromía de su retablo a partir de 1688.

Se conocen dos ejemplares firmados (uno expuesto aquí) y se le atribuyen otros. Además retrató varias veces a la Virgen de los Remedios y al Cristo de La Laguna, las imágenes más populares de su tiempo en la ciudad.

¿Quintana retratista?

Hasta hace poco, el catálogo de Cristóbal Hernández de Quintana–sus pinturas firmadas conocidas y también las que se le han atribuido–estaba formado por obras de tema religioso.

Recientemente se ha planteado la posibilidad de que, en efecto, atendiera encargos de este tipo, lo que abre una interesante vía de investigación sobre su trayectoria artística. Se muestra aquí una de las obras sobre las que se propone esta opción: el retrato del comerciante francés establecido en Tenerife Bernardo de Fau, pintado con premura a la vista de su cadáver en 1718.

El arte religioso en las casas

La presencia de la pintura de tema sagrado no se limitaba a los templos y a los establecimientos religiosos. La documentación –particularmente los inventarios– y las colecciones privadas que se han mantenido hasta nuestros días confirman que eran las preferidas también para las estancias domésticas.

Allí podían convivir con retratos, paisajes, escenas mitológicas o de género, que no eran tan frecuentes. Aunque tenían siempre un carácter edificante y aleccionador, las pinturas religiosas no eran necesariamente imágenes de culto. En una de las salas de la exposición, aprovechando mobiliario y alhajas de la colección de Cayetano Gómez Felipe, se trata de recordar la naturalidad con la que la pintura de asuntos sacros se integraba en los espacios civiles.

Conoce más…

Quintana en la ciudad: vida, obras y lugares

San Cristóbal de La Laguna es la población en la que quedan más testimonios de la vida y de la trayectoria artística del pintor.

Por eso, proponemos recorrer la ciudad histórica siguiendo sus pasos y contemplando sus obras, algunas aún en sus emplazamientos originales. En este plano señalamos diversos puntos en los que podemos reconocer sus huellas, ya sea porque están ligados a su biografía (ítems azules) o porque conservan trabajos suyos (ítems rojos).